jueves, 5 de junio de 2014

Introducción a André Breton (1896-1966)

André Breton (Tinchebray, 19 de febrero de 1896 - París, 28 de septiembre de 1966) fue el líder intelectual del movimiento surrealista. En 1913 teje relaciones con Paul Valéry y comienza en París los estudios de medicina hasta que es movilizado en 1915 para la Primera Guerra Mundial. Destinado a varios centros neuropsiquiátricos, se inicia en las obras de Sigmund Freud y se interesa por el psicoanálisis.

Desde 1917 entra en el círculo de Guillaume Apollinaire y dos años después publica su primera recopilación de poemas: Monte de Piedad. Funda la revista Littérature junto a Louis Aragon y Philippe Soupault. Con este último escribirá Los campos magnéticos, primera selección de textos automáticos que, publicada durante su época dadaísta, anuncia ya el surrealismo. Participará en el dadaísmo hasta 1921 y al año siguiente conoce a Freud en Viena.

Fundará el movimiento surrealista junto a sus amigos Crevel, Desnos, Eluard, Ernst, Morise, Péret y Picabia, del que será el principal teórico. En compañía de otros artistas explora entonces el campo del automatismo psíquico y se dedica en particular a las experiencias sobre el sueño hipnótico. En 1924 publica el Manifiesto del surrealismo y en 1925 asume la dirección de la revista La Revolución Surrealista, que preconiza el inconformismo en todas sus formas y el automatismo psíquico puro.

La obra de Trotski sobre Lenin le impresiona con fuerza y, desde entonces, hace valer las reivindicaciones surrealistas sobre el plano social. En 1926, Breton se une al Partido Comunista por un corto periodo, pues se opone «a todo control exterior, incluso el marxista, sobre las experiencias de la vida interior.

En 1929 publica el Segundo manifiesto del surrealismo, que excluye a todos los partidarios de una acción política. En este manifiesto, André Breton reafirma el alcance filosófico del movimiento surrealista, así como su vocación revolucionaria, y constituye un llamamiento al orden ante toda desviación literaria.

Breton, a quien sus amigos llaman «el papa del surrealismo», se convierte en uno de los pilares fundamentales de la revista Minotaure y, en 1935, rompe definitivamente con el Partido Comunista. Viaje entonces a Praga y a las Islas Canarias y se aloja en Méjico en 1938, donde funda junto a Diego Rivera y León Trotski la Federación Internacional del Arte Revolucionario Independiente, para la que escribe un manifiesto en colaboración con el segundo. Movilizado en 1939, se refugia en Marsella en 1940 y, al año siguiente, toma rumbo a Estados Unidos a través de Martinica junto a otros artistas surrealistas. En Nueva York se encuenta con Duchamp, Ernst y David Hare.

En 1946 vuelve a France y un año más tarde organizará una gran exposición internacional del surrealismo. Entre 1943 y 1950 apoya activamente el movimiento Ciudadanos del Mundo. Aunque André Breton muere en 1966, el surrealismo le sobrevive.