Se trata de un cuadro de Pablo
Picasso pintado entre mayo y junio de 1937, haciendo referencia al bombardeo de
Guernica en el País Vasco ese mismo año durante la Guerra Civil
Española. Cuando se proclama la
II Republica en Abril de 1931, Picasso llevaba 25 años
viviendo en Paris y posteriormente no mostró interés en ella ni la republica
hacia el. Se lo encargo el Director General de Bellas Artes (Josep Renau) a
petición del Gobierno de Juan Negrín, el de la Segunda República ,
para ser expuesto en el Pabellón Español de la Exposición
Internacional de Paris. En la década de los cuarenta dejo la
custodia del cuadro al Museo de Arte Moderno de Nueva York, ya que en España se
había instaurado una dictadura bajo el mandato del General Franco. El cuadro llega
a España en 1981, instaurada ya la democracia, situándose en el Casón del Buen
Retiro y desde 1995 en el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía.
El cuadro no es la ilustración de un
bombardeo, es el drama de miles de ciudades Europeas impotentes ante la fuerza
bruta. Picasso simboliza, más que un hecho concreto de la guerra española, la
alegoría de los sufrimientos de la guerra. Realizo este cuadro para mostrar la
barbarie y el terror de la guerra además de ser un espejo del salvajismo de la
misma. También quería mostrar de lo que era capaz fascismo realizando un ataque
al militarismo y una denuncia a la indiferencia de la democracia. La mujer quemándose representaría el dolor de
la población civil indefensa, que sufre los efectos de las bombas, la mujer que
asoma la cabeza por la ventana representa la humanidad, impotente ante todo lo
que está contemplando, y que sólo puede gritar. La bombilla puede representar la Sociedad de Naciones, la Política de no
Intervención, los gobiernos, etc., que lo observan todo, que se tapan los ojos
ante la verdad de lo que está pasando. En mi opinión supuso una denuncia contra
el fascismo y la antesala de lo que sucedió después, la II guerra mundial.
Bibliografía
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Clavo
Serraler, F. (1999), El Guernica de
Picasso. Alcobendas (Madrid). Tf. Editores, imp.
Adrián Martín García Lara