martes, 10 de junio de 2014

Introducción a Man Ray (1890-1976)

Emmanuel Radntzky (Filadelfia, 27 de agosto de 1890 - París, 18 de noviembre de 1976), más conocido por Man Ray, su nombre artístico, comenzó su carrera artística en Nueva York. Allí llega a los diecisiete años, apasionado por el diseño, pero los consejos de su padre le orientan hacia la arquitectura. Hace también estudios de mecánica y realiza diseños industriales y publicitarios.

El regalo (1921)
Desde 1907 se consagra a la pintura. Profundamente impresionado por la Exposición Internacional de Arte Moderno de Nueva York de 1913, decide orientarse en adelante hacia un estilo más abstracto. En 1917 conoce a Picabia y Duchamp y, con su colaboración, impulsa el movimiento Dadá de Nueva York. Influenciado por Duchamp, Man Ray hace entonces lienzos-objeto en los que incorpora pulsadores de timbres, bombillas y reflectores. Realiza también objetos ready-made como El regalo, una tabla de planchar con una hilera de clavos.

Tras fundar la Sociedad Anónima (grupo que reunía a pintores contemporáneos) e inventar la pintura con aerógrafo, viaje a París en 1920 donde se encuentra con los surrealistas Tzara, Aragon, Soupault, Péret, Eluard y Breton. Para subsistir hace una serie de fotografías de personajes célebres, lo que le ayuda a hacerse célebre. Participa también en los movimientos De Stijl y Der Sturm y hace su primera película dadaísta. En 1922 crea los rayógrafos al poner sobre un papel fotosensible objetos muy diversos y exponiendo todo a la luz.

El observatorio del tiempo (1934)
Vuelve a América en 1940, realizando durante diez años una serie de películas surrealistas, volviendo a París en 1951. Las obras de Man Ray son entonces muy diferentes: el artista busca renovarse en cada cuadro, para lo que va introduciendo numerosas innovaciones técnicas.

La fértil producción de Ray elude categorizaciones netas y refleja su ágil y humorística sensibilidad. Entre pinturas y fotografías hay que incluir películas, objetos, collages, obra gráfica, dibujos, diseño publicitario y moda. Como pionero del dadaísmo y del surrealismo, su aproximación se caracteriza por lo irracional y lo incongruente, provocando erotismo y escándalo. «La búsqueda de la libertad y el placer; eso ocupa todo mi arte», dirá.

jueves, 5 de junio de 2014

Introducción a André Breton (1896-1966)

André Breton (Tinchebray, 19 de febrero de 1896 - París, 28 de septiembre de 1966) fue el líder intelectual del movimiento surrealista. En 1913 teje relaciones con Paul Valéry y comienza en París los estudios de medicina hasta que es movilizado en 1915 para la Primera Guerra Mundial. Destinado a varios centros neuropsiquiátricos, se inicia en las obras de Sigmund Freud y se interesa por el psicoanálisis.

Desde 1917 entra en el círculo de Guillaume Apollinaire y dos años después publica su primera recopilación de poemas: Monte de Piedad. Funda la revista Littérature junto a Louis Aragon y Philippe Soupault. Con este último escribirá Los campos magnéticos, primera selección de textos automáticos que, publicada durante su época dadaísta, anuncia ya el surrealismo. Participará en el dadaísmo hasta 1921 y al año siguiente conoce a Freud en Viena.

Fundará el movimiento surrealista junto a sus amigos Crevel, Desnos, Eluard, Ernst, Morise, Péret y Picabia, del que será el principal teórico. En compañía de otros artistas explora entonces el campo del automatismo psíquico y se dedica en particular a las experiencias sobre el sueño hipnótico. En 1924 publica el Manifiesto del surrealismo y en 1925 asume la dirección de la revista La Revolución Surrealista, que preconiza el inconformismo en todas sus formas y el automatismo psíquico puro.

La obra de Trotski sobre Lenin le impresiona con fuerza y, desde entonces, hace valer las reivindicaciones surrealistas sobre el plano social. En 1926, Breton se une al Partido Comunista por un corto periodo, pues se opone «a todo control exterior, incluso el marxista, sobre las experiencias de la vida interior.

En 1929 publica el Segundo manifiesto del surrealismo, que excluye a todos los partidarios de una acción política. En este manifiesto, André Breton reafirma el alcance filosófico del movimiento surrealista, así como su vocación revolucionaria, y constituye un llamamiento al orden ante toda desviación literaria.

Breton, a quien sus amigos llaman «el papa del surrealismo», se convierte en uno de los pilares fundamentales de la revista Minotaure y, en 1935, rompe definitivamente con el Partido Comunista. Viaje entonces a Praga y a las Islas Canarias y se aloja en Méjico en 1938, donde funda junto a Diego Rivera y León Trotski la Federación Internacional del Arte Revolucionario Independiente, para la que escribe un manifiesto en colaboración con el segundo. Movilizado en 1939, se refugia en Marsella en 1940 y, al año siguiente, toma rumbo a Estados Unidos a través de Martinica junto a otros artistas surrealistas. En Nueva York se encuenta con Duchamp, Ernst y David Hare.

En 1946 vuelve a France y un año más tarde organizará una gran exposición internacional del surrealismo. Entre 1943 y 1950 apoya activamente el movimiento Ciudadanos del Mundo. Aunque André Breton muere en 1966, el surrealismo le sobrevive.